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La primera vez que vas a chapar una cinta exprés todo te tiembla. Estaba lejos del seguro anterior, con el brazo medio muerto, y no atinaba a meter la cuerda en el mosquetón. No fue bonito, pero fue parte del proceso. Después de varios vuelos y mucha práctica, entendí que chapar bien no solo te da seguridad, también te da cabeza fría para seguir escalando.

En Belay Partners escalamos seguido, y sabemos que chapar una cinta exprés correctamente es una de esas cosas básicas que no siempre se enseñan bien. Y cuando lo haces mal, se nota: más roce, más esfuerzo, y en el peor de los casos, riesgo de que la cuerda se salga.

En este artículo te voy a contar, sin tanto rollo, todo lo que necesitas saber para chapar bien. Desde lo más básico hasta las técnicas que usamos en deportiva, errores comunes y algunos tips para que tu próximo chapaje no te saque de la vía.

¿Qué es una cinta exprés?

Una cinta exprés es uno de los elementos más característicos y esenciales de la escalada deportiva. Popularmente usamos este término para referirnos al conjunto de dos mosquetones (generalmente uno de gatillo recto y otro de gatillo curvo) unidos por una cinta textil cosida. En otras palabras, es la “extensión” que conecta tu cuerda con el anclaje fijo de la pared (la chapa o seguro). Originalmente, “cinta exprés” nombraba solo a la cinta textil en sí, pero hoy en día prácticamente todos decimos cinta exprés al conjunto completo, y así lo haremos en esta guía.

Componentes básicos de una cinta exprés:

  • Mosquetón superior: suele tener gatillo recto y se clipea al anclaje fijo de la pared (por ejemplo, un parabolt con plaqueta). Suele estar libre (sin goma), de modo que pueda moverse y alinearse bien con la dirección de la fuerza.
  • Mosquetón inferior: normalmente de gatillo curvo (o de alambre) para facilitar la entrada de la cuerda. Este mosquetón es el que chapamos con la cuerda y generalmente lleva un seguro de goma que lo mantiene fijo en su posición en la cinta.
  • Cinta o dogbone: es la cinta plana de nailon o dyneema cosida que une ambos mosquetones. Tiene dos bucles (ojales) de distinto ancho: el más ancho es para el mosquetón superior (permitiendo que gire libremente) y el más estrecho para el mosquetón inferior, a menudo con una goma de bloqueo para fijarlo.

Las cintas exprés cumplen una función vital: conectan la cuerda con la pared de forma segura y eficiente. Antes de que existieran, los escaladores simplemente pasaban la cuerda por un solo mosquetón en el seguro, lo cual generaba mucho roce y riesgo de que el mosquetón se abriera accidentalmente. La incorporación de la cinta entre dos mosquetones revolucionó la escalada, ya que reduce el roce de la cuerda, permite tramos más largos, transmite menos movimiento a los anclajes y minimiza el riesgo de aperturas involuntarias de mosquetones.

¿Por qué es importante chapar correctamente?

Chapar correctamente (meter la cuerda en la cinta exprés de la forma debida) puede parecer un gesto simple, pero tiene una importancia enorme en tu seguridad y desempeño al escalar. Un chapaje mal hecho no solo puede dificultarte el encadenar la vía, sino que podría provocar un accidente serio. Veamos por qué:

Seguridad ante caídas

Cuando chapamos mal, es posible que la cuerda quede pasada en la orientación equivocada por el mosquetón. Un chapaje erróneo y peligroso ocurre si pasamos la cuerda desde la cara exterior del mosquetón hacia la cara pegada a la roca, ya que en caso de caída la tensión de la cuerda podría empujar el gatillo y abrirlo, soltando la cuerda del mosquetón. ¡Imagínate caer y que la cuerda se salga de la cinta exprés! Para evitarlo, siempre debemos pasar la cuerda de dentro hacia fuera, es decir, desde el lado de la pared hacia el exterior del mosquetón. De este modo, ante una caída la cuerda presiona el dorso sólido del mosquetón y no la compuerta (gatillo).


Evitar aperturas involuntarias

Relacionado con lo anterior, también importa la orientación del mosquetón respecto a la dirección en que escalas. Lo recomendado es colocar el gatillo del mosquetón mirando en sentido opuesto a tu dirección de avance. ¿Por qué? Porque así, si te caes y penduleas o la cuerda se mueve, es menos probable que empuje el gatillo contra la roca y lo abra. Una posición incorrecta de la cinta exprés (por ejemplo con ambos gatillos mirando hacia el mismo lado de tu avance) puede ocasionar que la cuerda gire o retuerza el mosquetón y llegue a abrirlo durante una caída.

Eficiencia y ahorro de energía

Desde el punto de vista del rendimiento, hacerlo bien a la primera te ahorra energía y te mantiene concentrado. Si estás peleando con la cinta exprés, tirando de la cuerda repetidas veces porque no atinas a meterla en el mosquetón, vas a bombearte los antebrazos muy rápido. Todos hemos estado colgados de una presa pequeña, con la fuerza justa, tratando de chapar y fallando en el intento… ¡mientras el flash pump acecha! Una buena técnica de chapado te permite chapar rápido y con confianza, para seguir escalando sin malgastar fuerzas en el momento más crítico de la vía.

Encadenar vías al límite

Cuando escalas cerca de tu grado límite, cada detalle cuenta. Saber cuándo y cómo chapar puede marcar la diferencia entre chapar ese último bolt cómodamente o volar porque te colgaste chapando en mal momento. Planificar en qué presa vas a chapar (e incluso previsualizar el chapaje desde abajo) es parte de la estrategia. Chapar correctamente no solo te mantiene seguro, sino que te da tranquilidad mental para enfocarte en los movimientos de la vía, sabiendo que la cuerda quedó bien puesta y no se saldrá.

En resumen, chapar bien es clave tanto para la seguridad como para el desempeño. No es una exageración decir que una buena técnica de chapado puede evitar accidentes y a la vez darte esa ventaja extra para encadenar rutas difíciles. Ahora que tenemos claro su importancia, pasemos a la parte práctica: ¿qué tipos de mosquetones existen y cómo influye eso al chapar?

Técnicas de chapado: clip de frente, clip de revés y clip en pinza

Chapar correctamente es casi un arte: requiere coordinación, técnica con los dedos y práctica. Existen varias formas de hacerlo, principalmente determinadas por la orientación del gatillo del mosquetón y la mano que uses para chapar. Vamos a explicar tres técnicas básicas de chapado de la cuerda en la cinta exprés:

Clip de frente

El clip de frente es la técnica que usamos cuando la apertura (gatillo) del mosquetón mira hacia nosotros, es decir, hacia el lado de la mano con la que chapamos. Imagina que estás escalando y el mosquetón de la cinta exprés quedó de modo que ves el gatillo de frente a ti. Para chapar de frente:

1. Toma la cuerda adecuadamente: Con la mano que vas a chapar, agarra la cuerda que sale de tu nudo del arnés. Lo ideal es sujetarla entre el pulgar y otro dedo de manera segura. Por ejemplo, muchos escaladores la sostienen entre el pulgar y el índice, o entre pulgar y medio, formando una especie de “pinza” con la mano. Lo importante es que tengas un buen control de la cuerda y un excedente suficiente para alcanzar el mosquetón cómodamente.

2. Acerca la cuerda al mosquetón: Extiende esa sección de cuerda hacia el mosquetón. Al ser “de frente”, podrás insertar parte de tus dedos en la boca del mosquetón. Una técnica común es meter el índice dentro del mosquetón para estabilizarlo y empujar la cuerda con el pulgar hacia adentro. En otros casos, se hace al revés: el pulgar sostiene el mosquetón por el gatillo y con el índice/medio empujas la cuerda. Ambas variantes logran lo mismo: abrir el gatillo y deslizar la cuerda dentro.

3. Empuja la cuerda a través del gatillo: Utiliza el dedo que tengas libre en el mosquetón (ya sea índice o pulgar) como palanca para abrir el gatillo. Al mismo tiempo, empuja la cuerda con los otros dedos hacia adentro. Deberías sentir (¡y oír!) un “clic” cuando la cuerda entra correctamente y el gatillo se cierra. Ese sonido es música para nuestros oídos, significa ¡chapaje exitoso! 🎵

Ilustración explicativa sobre cómo chapar una cinta exprés en escalada deportiva, mostrando las partes del mosquetón superior e inferior y tres técnicas de chapado: clip de frente, clip de revés y clip en pinza, con instrucciones paso a paso.

Clip de revés

Ahora, ¿qué pasa si el gatillo del mosquetón está orientado hacia el otro lado, o sea, mirando en dirección opuesta a ti? Esto es común: dependiendo de cómo se colgó la exprés, puede que veas el lomo del mosquetón y el gatillo apunte hacia la roca o hacia el lado contrario de tu mano dominante. En este caso aplicamos el clip de revés. Se llama así porque la mano hace un movimiento algo “invertido” respecto al anterior:

  • Sujeta la cuerda con firmeza: Igual que antes, toma un buen tramo de cuerda con tu mano chapadora. Aquí suele funcionar sostenerla entre el índice y el dedo medio, dejando el pulgar libre, o incluso entre índice y pulgar dejando el resto libres; diferentes personas encuentran diferente agarre cómodo. Lo importante es que tengas un bucle de cuerda suficiente para maniobrar.
  • Alinea el pulgar con el mosquetón: Dado que el gatillo mira hacia afuera, tu mejor aliado será el pulgar. Lleva la mano hacia el mosquetón de manera que puedas presionar el gatillo con el pulgar desde atrás. Piensa que vas a empujar la compuerta hacia ti usando el pulgar.
  • Inserta la cuerda empujando con el pulgar: Con la cuerda en la mano, utiliza el pulgar para abrir el gatillo (lo empujas hacia la pared o hacia fuera) y a la vez introduce la cuerda con ayuda de tus otros dedos que la sostienen. En este movimiento, el índice y medio guían la cuerda a entrar por la abertura, mientras el pulgar mantiene el gatillo abierto. Una vez más, busca ese “clic” que indica que la cuerda entró y el gatillo cerró correctamente.

En el clip de revés, básicamente usas el pulgar para chapar cuando el gatillo no está de tu lado. Muchos lo describen como hacer un movimiento de empujar la cuerda “de abajo hacia arriba” en el mosquetón usando la yema del pulgar. Al principio puede sentirse raro, pero con práctica se vuelve tan natural como el método de frente.

Nota: Tanto en clip de frente como en clip de revés, procura chapar cuando la cinta exprés esté entre tu cintura y tu cabeza en la medida de lo posible. Chapar algo por encima de tu cabeza extiende mucho el brazo y cansa más (aunque a veces es necesario). Si la exprés te queda a la altura de la cadera o más abajo, quizás subiste demasiado sin chapar; considera bajar un poco tus pies o chapar antes si es seguro. Siempre busca un punto de descanso o presa cómoda para chapar, así aplicarás bien estas técnicas sin apuros.

Clip en pinza

La tercera técnica es el famoso clip en pinza. Se utiliza cuando por la posición de la cinta exprés y tu cuerpo, conviene pellizcar la cuerda y el mosquetón en forma de pinza para chapar. Un caso típico para usarlo es cuando el mosquetón está cerca de tu cara o pecho y orientado hacia ti, donde meter un dedo dentro es difícil por la cercanía, o cuando necesitas chapar muy rápido con un movimiento directo.

¿Cómo chapar en pinza? Sigue estos pasos:

  • Forma una “U” con la cuerda sobre tu pulgar: Toma la cuerda con la mano chapadora y colócala sobre tu dedo pulgar como si colgaras una soga sobre un gancho. El pulgar apuntará hacia arriba, en dirección al mosquetón, sosteniendo la cuerda por debajo. Imagina que tu pulgar es un pequeño “cuerno” en el que reposa la cuerda saliendo del nudo.
  • Pellizca la cuerda contra el gatillo: Ahora, acerca esa “U” de cuerda (sobre tu pulgar) al mosquetón y mete el pulgar dentro del mosquetón, empujando la cuerda con él. Al mismo tiempo, usa tu índice (y quizás el medio) por el otro lado del gatillo para presionarlo. Básicamente, dedo pulgar e índice actúan como una pinza a través del mosquetón: el pulgar entra por detrás de la cuerda y el índice por delante del gatillo. Al apretar ambos dedos, abres el gatillo y pellizcas la cuerda a la vez.
  • Empuja hacia adentro con decisión: Con esa pinza hecha, empuja la cuerda hacia arriba y adentro del mosquetón. El pulgar arrastrará la cuerda al interior mientras el índice mantiene abierto el gatillo el tiempo justo. Cuando sientas que la cuerda pasó el resalte y está dentro, suelta el gatillo (retira tus dedos) para que se cierre. ¡Listo, chapado en pinza!

El clip en pinza, bien ejecutado, es muy rápido. Se utiliza a menudo cuando la cinta está a la altura de los hombros o cara, donde quizás no hay espacio para maniobrar cómodamente con los métodos anteriores. Muchos escaladores también lo usan si están muy apurados: literalmente enganchan la cuerda y la meten en un solo movimiento de pinza. Eso sí, requiere práctica para coordinar pulgar-índice sin quedarse trabado.

Consejo: Sin importar la técnica, desarrolla el hábito de verificar visualmente que chapaste bien. Tras chapar, echa un vistazo rápido: confirma que la cuerda efectivamente quedó dentro del mosquetón (y no solo medio enganchada en el gatillo). El sonido del “clic” suele indicarlo, pero a veces con gritos, viento o nervios no lo oyes. También asegúrate de que la cuerda no quedó montada sobre la palanca del gatillo. Un vistazo de medio segundo te puede evitar un susto enorme más adelante.

Hemos cubierto las técnicas básicas de chapado. Ahora veamos esos errores comunes que hasta los escaladores experimentados pueden cometer de vez en cuando, y cómo evitarlos.

Errores comunes al chapar una cinta exprés (y cómo evitarlos)

Todos hemos cometido errores chapando – ¡es parte del aprendizaje! Lo importante es conocerlos para evitarlos, ya que algunos pueden ser peligrosos. Aquí van los errores más comunes al chapar una cinta exprés y las recomendaciones para no caer en ellos:

1. Back-clip (Chapaje al revés): Es el error clásico de principiante. Ocurre cuando pasas la cuerda por el mosquetón en la orientación equivocada: de fuera hacia adentro (de la parte exterior del mosquetón hacia la roca). En esta posición, ante una caída la cuerda puede apoyarse sobre el gatillo y abrirlo, liberándose del seguro. Evitarlo es sencillo: siempre pasa la cuerda de adentro a afuera (de la pared hacia ti). Un truco: la parte de la cuerda que va hacia tu arnés debe salir por el lado del mosquetón más alejado de la roca. Si ves que la cuerda sale pegada a la pared y el lado libre queda fuera, está mal chapada. Tómate un segundo y corrige el chapaje (sube un poco y vuelve a pasarlo bien) antes de seguir escalando.

2. Z-clip (chapar en Z): Otro error común, especialmente cuando los seguros están cerca. El Z-clip ocurre cuando tomas la cuerda desde un tramo debajo del último seguro chapado para clipar el siguiente seguro. Esto hace que la cuerda forme una “Z” entre dos cintas exprés, generando una situación peligrosa: en caso de caída, la cuerda no amortiguará correctamente porque estás básicamente chapando con cuerda “doble” en un tramo corto. ¿Cómo evitarlo? Siempre toma la cuerda desde el cabo que va hacia tu arnés, nunca del tramo que cuelga entre seguros. Si te das cuenta de que hiciste un Z-clip (porque de pronto sientes que la cuerda tira raro o alguien te lo grita), no entres en pánico: deschapa la última cinta y vuelve a chapar correctamente usando la cuerda del arnés. Practica mentalmente en el suelo: después de cada chapaje, tu mano debe volver a tu nudo antes de preparar el siguiente, así agarras la sección correcta.

3. Mosquetón invertido (usar el mosquetón equivocado): Puede pasar si estás muy apurado o distraído: chapar la cuerda en el mosquetón que iba al anclaje. Es decir, enganchar la cuerda en el mosquetón de arriba en lugar del de abajo de la exprés. Esto es un problema porque ese mosquetón no tiene la goma, podría moverse más, e incluso la cuerda podría salirse más fácil al no ser de gatillo curvo. Además, deja el mosquetón inferior (curvo) en la chapa, lo cual no es ideal ya que no está diseñado para eso. Prevención: Monta siempre bien tus exprés (recto arriba, curvo abajo) y cuando las cuelgues en tu arnés llévalas de forma consistente (por ejemplo, todas con el mosquetón de chapa mirando hacia ti en el porta, así al tomarlas sabes cuál lado va a la chapa). Al chapar, fíjate un instante: ¿estás metiendo la cuerda en el mosquetón curvo? Debe ser un reflejo verificarlo. Si por error chapaste en el mosquetón incorrecto y aún estás ahí, lo mejor es deschapar y volver a chapar bien si te sientes seguro para hacerlo; de lo contrario, al menos sé consciente de ese seguro y extrema cuidado (y corrígelo cuando puedas, por ejemplo al bajar).

4. Dedos atrapados en el mosquetón: Imagina que estás tan concentrado chapando que dejas un dedo dentro del mosquetón al acabar el clip. Si en ese preciso instante te resbalas… ay. Tu dedo podría lesionarse gravemente al quedarse enganchado cuando la cuerda tense. Es un error menos común pero real. Para evitarlo, desarrolla la costumbre de, tras sentir que la cuerda entró, retirar inmediatamente tus dedos del mosquetón. El chapaje debe ser un movimiento fluido: meter cuerda y soltar. No mantengas el dedo ahí más tiempo del necesario. Este consejo aplica sobre todo al clip de frente, donde solemos meter el índice en el mosquetón – asegúrate de sacarlo rápido una vez la cuerda esté chapada.

5. Chapar en mala posición corporal: No es un “error técnico” con la cinta en sí, pero sí un error común de chapaje. A veces por apuro chapamos desde una posición incómoda o inestable: muy estirado, en desequilibrio o colgado de malos agarres. Esto puede provocar que te caigas justo al chapar, o que gastes demasiada energía. Cómo evitarlo: antes de chapar, analiza tu postura. ¿Puedes subir los pies a una posición más sólida? ¿Hay una presa un poco más arriba donde puedes chapar más cómodamente? Muchas veces es mejor subir un movimiento extra para chapar desde un canto mejor, que colgarte a mitad de paso por desesperación. También mantén la cuerda ordenada respecto a tu cuerpo: que no te pase por detrás de la pierna mientras chapas. Si una pierna queda por detrás de la cuerda y caes, te dará la infame “voltereta de campana”, golpeándote cabeza abajo. Siempre procura que la cuerda corra por delante de tu cuerpo y piernas al escalar y chapar.

Además de estos errores, recuerda revisar periódicamente tus cintas exprés mientras escalas: a veces pueden girarse solas en el anclaje tras una caída (quedando el gatillo contra la roca, mala posición), o la cuerda podría salirse si la exprés quedó invertida en una repisa. Si notas algo raro en la última cinta que pusiste, valora bajarla y recolocarla. La escalada no es una carrera contra el reloj; más vale hacer una pausa y corregir que lamentarse luego.

Consejos para practicar un chapado seguro

¡La práctica hace al maestro! Aquí van algunos consejos y ejercicios para mejorar tu técnica de chapado y chapar siempre de forma segura:

Practica en el suelo

Un ejercicio clásico es colgar una cinta exprés a la altura de tu cara (por ejemplo, en una argolla, clavo o incluso en una rama resistente) y practicar chapar la cuerda repetidamente con ambas manos. Pon un cabo de cuerda amarrado a algo o pídele a alguien que haga de asegurador imaginario. Repite el clip de frente y de revés hasta que te salga suave. También simula chapar en pinza. Practica hasta con los ojos cerrados para desarrollar memoria muscular. Esto te quitará torpeza a la hora de la verdad en la roca.

Usa ambas manos

Un buen escalador debe ser capaz de chapar tanto con la derecha como con la izquierda. A veces la vía te exigirá chapar con la “mala” porque la mano dominante está en la única presa decente. Así que entrena chapajes con ambas manos en distintas orientaciones de mosquetón. Te sentirás mucho más confiado sabiendo que no importa qué mano esté libre, podrás meter la cuerda sin problemas.

No esperes al límite

Un error frecuente es posponer el chapaje demasiado y terminar tratando de chapar con el brazo completamente estirado o ya bombeado. Intenta chapar cuando la exprés esté a una altura cómoda (entre cintura y pecho) y antes de que sientas el agotamiento total. Chapar en el momento oportuno es un equilibrio: no muy pronto (para no hacer mucha tirada de cuerda que aumente el factor de caída si caes justo antes de chapar), ni muy tarde cuando ya estás sin fuerzas. Con la experiencia vas calibrando el mejor instante. Si sientes que te vas a caer chapando, a veces es mejor dejar la cinta sin chapar y aguantar la caída de forma limpia, que pelearte en vano y caer con un bucle extra de cuerda en la mano (eso genera más caída). Aprende a reconocer tu límite y toma decisiones en el momento.

Comunicación con tu asegurador

Desarrolla comandos claros. Por ejemplo, algunos usan “¡Dame cuerda!” o simplemente “¡Cuerda!” para que el asegurador te suelte rápidamente un metro de cuerda cuando vas a chapar si la necesitas. Tu asegurador debe estar atento a cuándo vas a chapar: usualmente notará que llevas la mano al arnés a coger cuerda. Un buen asegurador da cuerda ágilmente y sin tirones en ese instante crítico. Practiquen esto: que no te “bloquee” la cuerda justo cuando intentas chapar ni te deje demasiada floja innecesariamente. La coordinación con quien te asegura es parte de chapar seguro.

Usa un clip stick (gamberro) de chapar si hace falta

Si el primer seguro está muy alto o en una posición expuesta donde una caída al suelo es probable, considera usar un (clip stick) para pre-chapar ese primer bolt antes de escalar. Esto te evita un riesgo grande en los primeros metros. No hay vergüenza en ser seguro. Muchos escaladores fuertes llevan una caña plegable para esos casos. Mejor empezar la vía con protección que jugarse un tobillo. Así podrás concentrarte en chapar el resto con tranquilidad.

Morder la cuerda (¿sí o no?)

A veces verás escaladores que, para ganar alcance, se meten un bucle de cuerda en la boca mientras mueven la mano. Esto se hace para chapar un seguro ligeramente alto dando “unos centímetros extra” de brazo. Sin embargo, no es recomendable morder la cuerda: podrías lastimarte los dientes/boca si caes. Es mejor entrenar una entrega rápida de cuerda con la mano o pedir cuerda al asegurador. Si aun así decides sujetarla con la boca brevemente, sé consciente del riesgo y suéltala si pierdes el equilibrio. En general, intenta mejorar tu alcance y técnica para no depender de la boca.

Revisa tu entorno al chapar

Antes de jalar cuerda para chapar, fíjate dónde están tus pies y el resto de tu cuerda. Evita tener el pie por detrás de la cuerda (para no voltearte si caes). También fíjate que la cuerda no esté enrollada en nada ni enganchada. Parece obvio, pero en el momento del estrés es fácil no notar que, por ejemplo, estás pisando la cuerda (lo que impedirá que salga cuando jales para chapar). Un chequeo rápido te asegura un chapaje limpio.

Mantén la calma

Por último, mantén la respiración bajo control y no entres en pánico. Chapar puede ser estresante en tu cabeza (“¡pon esa cuerda ya o te caes!”), pero mientras más te aceleres, más torpes se vuelven los dedos. Practica respirar profundamente antes de chapar y moverte deliberadamente. Incluso puedes repetir mentalmente tu “mantra” de chapar: “agarra cuerda, acerca, empuja, clic”. Verás que con el tiempo ese momento dejará de asustarte y se volverá algo casi automático y confiable, incluso en chapajes difíciles.

Recomendaciones de equipo

Aunque chapar bien es cuestión de técnica, tener un buen equipo también ayuda a la seguridad y confianza. Aquí algunas recomendaciones de equipo que deberías llevar para escalar deportivo – y que incluso puedes encontrar en nuestra Tienda u otras tiendas especializadas:

  • Casco de escalada: Fundamental para escalar de primero, especialmente en roca natural. Protege tu cabeza de caídas de roca y de golpes si llegas a pendulear contra la pared. Hay cascos muy ligeros y cómodos hoy día – no hay excusa para no usarlo. Un casco te da confianza incluso en chapajes donde puedas golpear la cabeza en caso de caída.
  • Arnés cómodo y certificado: Tu arnés es tu conexión vital. Asegúrate de usar un arnés de escalada en buen estado, de la talla correcta para ti. Un arnés cómodo te permite maniobrar mejor al chapar (no te aprieta ni molesta al alzar la pierna, por ejemplo). Verifica periódicamente las cintas del arnés por desgaste. Si necesitas uno nuevo, busca aquellos con porta-materiales amplios para llevar cómodamente tus cintas exprés.
  • Cuerda dinámica de calidad: La cuerda es la otra mitad de la ecuación. Para deportiva, suele usarse cuerdas simples de 9.5 a 10 mm de diámetro, de 60-70 m según la zona. Una cuerda maleable, que corra bien, hará que chapar sea más fluido (cuerdas muy rígidas o viejas pueden trabarse al tironear). Además, las cuerdas dinámicas modernas absorben bien la fuerza de las caídas. Reemplaza tu cuerda cuando esté muy peluda, aplastada o tenga más de 5-6 años de mucho uso – tu vida literalmente pende de ese hilo.
  • Cintas exprés adecuadas: Por supuesto, un buen juego de cintas exprés. Si vas a armar tu rack, elige cintas homologadas (todas deben serlo) de marcas reconocidas. Unas 12 cintas suelen cubrir la mayoría de vías deportivas. Prefiere mosquetones con cierre keylock para evitar enganches. Asegúrate de que traigan goma en el mosquetón de cuerda (casi todas lo incluyen). Y fíjate en el gatillo: algunos mosquetones nuevos tienen un “clip” muy suave que facilita chapar. Cuida tus cintas exprés: no las dejes al sol indefinidamente, ni uses aquellas con cintas deshilachadas o mosquetones corroídos.
  • Bolsa de magnesio y magnesio: Parece obvio, pero mantener tus manos secas ayuda a chapar seguro. Un resbalón por sudor justo al chapar puede hacer que sueltes la cuerda o la presa. Usa magnesio si tus manos sudan, y chalk up en un reposo antes de un chapaje difícil.
  • Cepillo de escalada: ¿Qué tiene que ver un cepillo aquí? Mucho. Si la presa clave donde planeas chapar está llena de polvo o magnesio endurecido, podría resbalarte en mal momento. Lleva un cepillo de cerdas (tenemos cepillos de madera con cerdas naturales en nuestra Tienda) y úsalo para limpiar esas regletas o cantos que usarás para chapar. Un agarre limpio es un agarre más seguro.
  • Guías de escalada y conocimiento de la ruta: Por último, algo de “equipo” informativo: llevar la guía de la zona o investigar la ruta que vas a escalar. Saber cuántos seguros tiene, dónde están los cruxes, si algún chapaje es especialmente largo o raro, todo eso ayuda. En Belay Partners ofrecemos Guías de Escalada locales (consulta nuestras guías disponibles en la Tienda para planificar tus escaladas). Llegar preparado mentalmente con la secuencia de chapajes en mente te dará esa ventaja extra.

En resumen, ve equipado correctamente: casco, arnés, cuerda, cintas exprés en buen estado, magnesio, cepillo y la información de la vía. Así podrás enfocarte en la técnica sabiendo que tu equipo no te va a fallar.

Conclusión: ¡A chapar con confianza!

Aprender cómo chapar una cinta exprés de forma correcta es un paso imprescindible en la progresión de todo escalador deportivo. Al principio puede parecer intimidante: esa sensación de inseguridad al soltar una mano para chapar, el antebrazo bombeando y la mente corriendo. Pero con la práctica y los conocimientos adecuados, chapar se vuelve un acto seguro, casi automático y hasta elegante. 💪

Recuerda que incluso los escaladores más experimentados estuvieron alguna vez ahí, temblando al chapar el primer seguro de su vida. La clave está en practicar, mantener la calma y nunca descuidar la seguridad. Si has llegado hasta aquí, ya cuentas con un arsenal de técnicas (clip de frente, revés, en pinza), sabes qué errores evitar y tienes consejos frescos para perfeccionar tu chapaje. Ahora te toca a ti poner todo esto en uso en la roca o el rocódromo.

En Belay Partners queremos verte escalar alto y seguro. A través de artículos como este y otros recursos en nuestro blog (conoce más sobre nosotros en la sección Nosotros 😉), buscamos compartir la pasión y conocimiento por la escalada. Si necesitas apoyo adicional – ya sea contenidos creativos para tu proyecto outdoor o marketing para tu gimnasio de escalada – explora nuestros Servicios. Y no olvides echar un vistazo a la Tienda para equiparte con accesorios, guías y merch que hemos creado con el alma puesta en la comunidad escaladora.