Quien ha tenido unos pies de gato nuevos sabe lo que se puede llegar a sufrir en las primeras escaladas. El material está duro, ajustado, y cada pisada se siente como una mini tortura. En Belay Partners lo hemos vivido, lo hemos dibujado y también lo hemos investigado.
Porque hemos visto de todo: desde quien escala con zapatillas hasta quien se pone los pies de gato dos tallas menos porque “así debe ser”. Por eso hoy quiero compartirte un tema que muchos escaladores vivimos en silencio (y con dolor): cómo agrandar tus pies de gato.
Spoiler: no hay milagros, pero sí hay algunos trucos reales (y otros que mejor evitar).
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¿Por qué los pies de gato aprietan tanto?
Porque deben hacerlo. La función de los pies de gato es darte precisión y adherencia en presas pequeñas. Si te quedan flojos, no sirven. Pero si te quedan tan justos que te cortan la circulación, tampoco.
Hay una delgada línea entre ajuste de rendimiento y dolor que limita. Muchos modelos están pensados para ceder un poco con el uso (especialmente los de cuero natural), mientras que los sintéticos mantienen casi siempre su forma.
Métodos que podrías intentar (con precaución)
1. Usarlos en casa
Comienza por simplemente usarlos en casa, sentado en el sofá frente al televisor por la noche. Póntelos durante 1–5 minutos mientras estás sentado. No cargues peso sobre tus pies; no camines. Deberían comenzar a estirarse gradualmente. En la primera noche, haz una sesión de esto. En la segunda noche, dos sesiones. En la tercera noche y siguientes, tres sesiones. No debería tomar más de 3–5 noches. Si toma más tiempo o los zapatos aún no se pueden poner sin dolor extremo y entumecimiento, podrían ser demasiado pequeños.
2. Mojarlos y ponértelos húmedos
Un clásico. Meter los pies de gato en agua tibia y usarlos mojados para que se amolden. Sólo funciona moderadamente si son de cuero.
- ✅ Funciona un poco si son de cuero natural.
- ⚠️ Riesgo: incomodidad extrema y ampollas.
3. Usarlos con calcetines gruesos al principio
Este truco puede ayudar a estirar ligeramente el material. Recomendado sólo en sesiones cortas.
- ✅ Puede servir para romper el calzado poco a poco.
- ⚠️ No funciona en sintéticos.

Lo que no recomendamos hacer
1. Meterlos al congelador con bolsa de agua
Teoría: el agua al congelarse expande el material. Realidad: puede dañar la goma y las costuras.
- ❌ Riesgo alto de arruinar tus gatas.
2. Aplicar calor con secadora de cabello
El calor directo puede deformar o derretir la goma. Pésima idea.
- ❌ Muy poco cambio, mucho riesgo.
3. Dejarlos al sol
Exponerlos al sol puede ablandar el material, pero también arruina la goma y acorta su vida útil.
- ❌ Malo para tus pies de gato.
4. Calentarlos con secadora de cabello
El calor directo puede deformar o derretir la goma. Pésima idea.
- ❌ Muy poco cambio, mucho riesgo.
El mejor consejo de todos: usarlos mucho
El método más real y efectivo: usarlos. Tras 5 a 10 sesiones, la mayoría de los modelos de cuero ceden media talla o más.
- ✅ Recomendado si el dolor es tolerable.
- ❌ Si duele mucho desde el inicio, mejor cambia de talla.
Conclusión y recomendaciones finales
En resumen: los pies de gato son herramientas técnicas, no zapatos casuales. Si te quedan ajustados está bien, pero si te hacen llorar, algo anda mal. Mi consejo como escaladora y parte de Belay: dales unas sesiones para que se adapten y, si no mejora, cambia el modelo o la talla.
Y recuerda, en nuestros servicios no solo diseñamos ilustraciones divertidas sobre mitos de escalada, también ayudamos a marcas y proyectos outdoor a comunicar con estrategia y creatividad.